Cuestión de dedos

       Escribiré esta entrada en castellano. ¿Por qué? Porque me da la gana, porque vivo en un territorio bilingüe y tengo derecho a escribir y hablar en una de las dos lenguas y que cualquier persona del mismo territorio me entienda y me respete como mínimo. Por lo menos que no se dedique a quejarse y decir memeces propias de niños pequeños. De todas maneras no había pensado ponerme a escribir precisamente para hablar de ésto. No me apetece, la verdad. Es más, no tenía realmente por qué explicarlo.

En la universidad, en la que ahora disfruto, a mi juicio, del aprendizaje y el conocimiento que me brindan mis profesores (unos mejor que otros, evidentemente), escucho a algunos profesores (no únicamente mis profesores actuales, también he hablado con algún profesor de cursos pasados) hablar, en definitivas cuentas, de que el profesor no debe ser un mero transmisor de contenidos. El profesor debe ofrecer a sus alumnos los medios y herramientas para ejercer aquello que quiere ejercer. Una base de conocimientos que nosotros, los alumnos, tenemos que preocuparnos de hacer germinar, encargándonos nosotros mismos de buscarlos, guiados por el profesor. Esta forma de aprendizaje es la utilizada, explicada muy brevemente, en países como Estados Unidos, uno de los países con las mejores universidades del mundo. No soy suficiente conocedor de la situación y los métodos que se utilizan en España (ni en Estados unidos), pero sí puedo decir que algunos profesores tratan de utilizar estos métodos. De todas formas no es de este tema exactamente del que quiero hablar.

En otra de tantas tardes aquí en Valencia, tranquilamente pienso. Otra vez. Me vino a la cabeza el planteamiento expuesto con anterioridad, y justo tenía en mente, como siempre, varias líneas de guitarra que pienso incluir en mi próxima composición. Entrelacé las dos ideas, y a continuación empecé a cuestionarme seriamente mi aprendizaje, en cuanto a la guitarra eléctrica se refiere. No hay ningún lugar cerca de aquí en el que pueda aprender guitarra eléctrica sin que me saquen ojo y medio antes, es decir, no hay conservatorios públicos donde se puede aprender esta disciplina. Frustrante, la verdad. Al mismo tiempo me pregunto si realmente lo necesito. ¿Necesito a un profesor que me diga cómo tengo que hacer las cosas? ¿No será mejor que desarrolle yo mismo mi propio estilo y mi propia manera de ver la música? Nadie conoce mejor que yo mis manos y mis limitaciones. Pienso en Tom Morello, Matthew Bellamy y guitarristas de ese tipo. ¿Cómo que guitarristas de ese tipo? ¿Cuál es ese tipo? Nadie toca como tocan ellos. Tienen su estilo y su personalidad. Punto. Si quiero aprender ya me preocuparé yo mismo de buscar libros de guitarra, composición, harmonía o cualquier cosa. Si quiero aprender ya me fijaré en los guitarristas en que YO quiero fijarme. Me parece muy bien que x guitarrista sea ultravirtuoso y toque mil notas por segundo. Pero yo tengo que tocar las cosas a mi manera, con mis dedos, no con los dedos de x. Puede que tenga capacidad para tocar como x pero, ¿y si no? ¿Tengo que cabrearme por tocar sus obras?